La intolerancia a la lactosa produce cansancio
La intolerancia a la lactosa produce cansancio y no solo provoca malestar digestivo, sino que también puede causar cansancio, entre otros síntomas menos conocidos. Este trastorno digestivo, que afecta a millones de personas en todo el mundo, se debe a la deficiencia o ausencia de una enzima llamada lactasa, responsable de descomponer la lactosa, el azúcar presente en la leche y sus derivados.
¿Qué ocurre en el cuerpo con la intolerancia a la lactosa?
La lactosa es un disacárido compuesto por glucosa y galactosa. Para ser absorbida correctamente en el intestino delgado, necesita ser descompuesta por la enzima lactasa. En personas intolerantes, esta enzima está presente en cantidades insuficientes o ausente, por lo que la lactosa no digerida pasa al colon. Allí es fermentada por bacterias intestinales, lo que provoca gases, hinchazón, dolor abdominal y diarrea.
¿Puede causar cansancio la intolerancia a la lactosa?
Aunque el cansancio no es un síntoma digestivo directo, muchas personas con intolerancia a la lactosa reportan fatiga persistente. Esta relación puede explicarse por varios factores:
- Malabsorción de nutrientes: Al evitar productos lácteos, muchas personas reducen la ingesta de calcio, vitamina D y vitaminas del complejo B, esenciales para el metabolismo energético. Su deficiencia puede contribuir a la fatiga.
- Inflamación y malestar digestivo: El malestar intestinal continuo puede afectar la calidad del sueño y el bienestar general, provocando agotamiento físico y mental.
- Desequilibrio en la microbiota intestinal: La fermentación excesiva de la lactosa altera el equilibrio de las bacterias intestinales beneficiosas, lo que puede tener efectos en el estado de ánimo y los niveles de energía.
- Respuesta inmunitaria leve: En algunos casos, la mala digestión de la lactosa puede generar una inflamación leve, que también impacta en la vitalidad diaria.
¿Qué hacer si sospechas que tu cansancio está relacionado con la intolerancia a la lactosa?
Si experimentas síntomas digestivos acompañados de fatiga, lo ideal es llevar un registro de tu alimentación y consultar con un médico o nutricionista. Existen pruebas como la del hidrógeno en el aliento o dietas de eliminación para confirmar el diagnóstico.
Una vez detectada la intolerancia, adaptar la dieta puede mejorar notablemente tanto los síntomas digestivos como la sensación de cansancio. Es fundamental asegurarse de obtener los nutrientes necesarios a través de otras fuentes o suplementos, especialmente calcio y vitamina D.
Atención personalizada
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