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Probióticos para candidiasis intestinal

Probióticos para la Candidiasis Intestinal: Mitos y Realidades

Cuando doy conferencias, ya sea a médicos o a pacientes, aunque no alcanzo el mismo nivel de conocimiento técnico debido a los tecnicismos específicos de la profesión, el tema central o la duda suelen ser los probióticos para el tratamiento de la candidiasis intestinal. ¿Cuál es el mejor? ¿Existe el mejor probiótico para la candidiasis intestinal? ¿Las infusiones para la candidiasis intestinal de las que se hablan en internet son efectivas? Siempre respondo lo mismo: los mejores medicamentos y probióticos para la candidiasis intestinal son aquellos que no se necesitan tomar. Cuando llega el momento de tomarlos, es que hemos llegado tarde.

«La cándida la tenemos todos y es normal tenerla» es una frase que no me preocupa en la población general. Siempre que hablo con una ingeniera aeronáutica o un piloto de avión, pueden expresar creencias incorrectas debido a la ignorancia o al conocimiento popular. Sin embargo, me preocupa mucho cuando escucho estas frases entre mis colegas. Recientemente, tuve que escuchar ante un paciente que llevó un examen de farmacogenética a un especialista catedrático en neurología, y su opinión fue que no creía en eso, que era cuestión de fe. Escuchar esto confirma que algunos colegas y el sistema en sí mismo están rezagados, ya que el genoma humano se descubrió en el año 2000, y aún seguimos escuchando estas frases. Incluso entre colegas catedráticos que están formando a las nuevas generaciones de médicos que nos atenderán en el futuro.

Cuestiones sobre la Cándida y la Microbiota

Por supuesto que la cándida no es parte de nuestra microbiota habitual. Hay pacientes que no la tienen según los rastreos de ADN, e incluso poblaciones enteras, como los inuit, que no la tienen. Hay estudios que no encuentran material genético de cándida en cadáveres de la época de la glaciación. Sin embargo, en todos se encuentra E. coli, esa sí es parte de nuestra microbiota habitual. Ahora bien, que no sea parte de nuestra microbiota habitual no significa que no la encontremos habitualmente en los pacientes. Normalizar su hallazgo sería como normalizar valores de tensión de 150/80 porque muchos pacientes tienen esos valores, lo cual es una verdadera locura mental y científica.

Factores Relacionados con la Presencia de Cándida

El por qué se encuentra habitualmente tiene que ver, sin duda, con los hábitos de vida. El consumo excesivo de harinas, granos, cereales, azúcares y alimentos procesados, así como un sistema inmune deprimido por la falta de nutrientes celulares adecuados, son factores clave. Esto se debe a la falta de descanso de los campos, la sobreexplotación de las tierras, la manipulación genética de las semillas para mejorar el rendimiento, entre otros factores, como ocultarnos del sol. Todo esto contribuye a una pandemia de inmunosenescencia, donde personas de 20 o 30 años tienen sistemas inmunes envejecidos como personas de 90. Si estamos biológicamente diseñados para vivir hasta los 120 años, debemos cuidar los sistemas biológicos que nos permitan alcanzar esa meta, o más bien, llegar en condiciones óptimas.

Fortaleciendo el Sistema Inmune y la Microbiota

Fortalecer el sistema inmune con una nutrición adecuada, un descanso correcto y un control del estrés mantendrá una microbiota competitiva a nivel geográfico. Esto evitará el desarrollo de patobiontes o la colonización de especies patógenas en nuestro intestino, con el consiguiente desarrollo de enfermedades.

Recuperación y Reequilibrio

Una vez que se ha producido este desequilibrio, debemos revertirlo mejorando los hábitos, reparando el intestino, limpiándolo y resembrándolo adecuadamente con probióticos y fermentados. Esto debe ocurrir en un contexto de nutrición celular adecuada, para asegurar que nuestras defensas vuelvan a ser soldados de vigilancia activa en lugar de zombies.

Alianza Terapéutica para la Recuperación

Para llevar a cabo este proceso de recuperación, reparación y reequilibrio de la microbiota, no basta con los consejos de youtubers, instagramers, coaches o influencers sobre las propiedades del jengibre o el arroz. Ni siquiera los consejos de un nutricionista en contexto de enfermedad son suficientes. Se requiere una verdadera alianza terapéutica entre un médico debidamente formado y un paciente debidamente comprometido. Llevar a cabo un protocolo de rehabilitación intestinal conlleva al menos unos 36 meses de trabajo arduo sobre el organismo, para revertir la situación y prepararlo para enfrentar las amenazas futuras.

Debemos tener una concepción INMUNOCÉNTRICA en lugar de PATOGENOCÉNTRICA. De lo contrario, las batallas que llevamos ganando a los microbios como especie desde hace millones de años podrían correr riesgo de revertirse.

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