Síntomas y tratamiento intolerancia a la lactosa
Una persona intolerante a la lactosa no es capaz de digerir el azúcar presente en la leche, lo que provoca que al consumir productos lácteos padezcan síntomas desagradables como diarrea, gases o hinchazón abdominal.
También conocida como malabsorción de lactosa, esta intolerancia no suele causar problemas graves, pero sí que puede resultar muy molesta, afectando directamente a nuestra calidad de vida. De ahí la importancia de tratar rápidamente esta enfermedad.
La intolerancia a la lactosa es una enfermedad que se produce cuando el cuerpo no puede digerir adecuadamente el azúcar llamado lactosa, presente en varios alimentos, especialmente en la leche y sus derivados.
La digestión de la lactosa requiere de una enzima llamada lactasa, producida en el intestino delgado, que es la encargada de descomponer la lactosa en glucosa y galactosa, permitiendo su absorción en el torrente sanguíneo.
Sin embargo, si el cuerpo no produce suficiente lactasa, la lactosa no puede ser completamente digerida y absorberse. Como resultado, la lactosa no digerida puede provocar diversos problemas en el intestino, lo que desencadena los síntomas de la intolerancia a la lactosa.
Esta condición puede manifestarse en niños, jóvenes o incluso aparecer de repente en adultos, siendo una enfermedad muy común.
Los síntomas de la intolerancia a la lactosa pueden variar según el grado de déficit de lactasa en el organismo, pudiendo manifestarse de forma leve o con una mayor intensidad.
Por lo general, los episodios de intolerancia a la lactosa se caracterizan por los siguientes síntomas:
- Hinchazón abdominal: sensación de inflamación en el abdomen.
- Ruidos frecuentes de tripa: sonidos audibles provenientes del estómago e intestinos.
- Flatulencia (gases): acumulación de gas en el tracto gastrointestinal.
- Dolor de tripa (retortijones): malestar abdominal y sensación de calambres.
- Náuseas: sensación de malestar estomacal que puede preceder al vómito.
- Vómitos: expulsión violenta del contenido estomacal a través de la boca.
- Diarrea: paso frecuente de heces acuosas y sueltas.
Normalmente, los síntomas de la alergia a la lactosa suelen aparecer después del consumo de leche, productos lácteos o alimentos que contienen lactosa. La relación entre el consumo de estos productos y la aparición de síntomas puede variar, con algunos pacientes experimentando síntomas dentro de media hora a dos horas después de la ingesta, mientras que en otros puede haber un intervalo de tiempo más prolongado.
Así mismo, la cantidad de alimentos con lactosa consumidos puede influir en la intensidad de los síntomas, siendo mayores cuando se ingieren grandes cantidades de una sola vez.
Por otro lado, la tolerancia a la lactosa puede variar en el tiempo, con períodos en los que se tolera mejor y otros en los que se tolera peor. Por ejemplo, las infecciones intestinales pueden empeorar temporalmente los síntomas de intolerancia a la lactosa.
En los niños, la intolerancia a la lactosa puede estar asociada con diversos grados de malnutrición y un crecimiento lento.
La intolerancia a la lactosa se desencadena cuando el intestino delgado no produce la cantidad adecuada de una enzima llamada lactasa, necesaria para descomponer el azúcar presente en la leche, conocido como lactosa.
Normalmente, la lactasa divide la lactosa en glucosa y galactosa, permitiendo su absorción en el torrente sanguíneo a través de la mucosa intestinal. Sin embargo, si hay una deficiencia de lactasa, la lactosa no se procesa adecuadamente en el intestino delgado y llega al colon, donde las bacterias la fermentan, desencadenando síntomas de dicha intolerancia.
Existen tres tipos de intolerancia a la lactosa, cada uno con diferentes causas subyacentes:
- Intolerancia a la lactosa primaria: es el tipo más común y ocurre cuando la producción de lactasa disminuye drásticamente en la edad adulta, dificultando la digestión de productos lácteos. Aunque los niños producen suficiente lactasa al nacer, su producción disminuye con el tiempo.
- Intolerancia a la lactosa secundaria: se produce cuando una enfermedad, lesión o cirugía afecta la producción de lactasa en el intestino delgado. Condiciones como infecciones intestinales, enfermedad celíaca o enfermedad de Crohn pueden disminuir la producción de lactasa.
- Intolerancia a la lactosa congénita o del desarrollo: es menos común y se presenta en bebés que nacen con una deficiencia total de lactasa, transmitida a través de un patrón genético recesivo. También puede ocurrir en bebés prematuros debido a niveles insuficientes de lactasa.
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Tratamiento de la intolerancia a la lactosa en Umebir
Por lo general, el tratamiento a la intolerancia a la lactosa se basa en seguir una dieta baja en lactosa, reduciendo el consumo de leche y de otros productos lácteos.
Aunque variará en función de cada caso, no todos los tratamientos para la intolerancia a la lactosa deben eliminar la lactosa por completo, ya que hay muchos pacientes que pueden tolerar pequeñas cantidades de leche o lácteos.
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